Los Cramps siempre han estado en mi altar de grupos favoritos. Me fascina esa mezcla de rock´n´roll trash kamikaze y a la vez cierta ortodoxia rocker pasada de vueltas. En principio “No me voy” pretendía ir por ahí. De hecho es la rueda clásica de un rock´n´ roll. El riff iba arrastrándolo desde hacía bastante tiempo pero no le conseguía dar salida. Hasta que finalmente se acopló a una letra que tiene connotaciones personales y con cierto perfil hipocondríaco que me aflora en momentos de más vulnerabilidad. Imaginaos cómo me está afectando esta pandemia. Como dice mi buen amigo Manolo Bertrán en una de sus grandes canciones de Doctor Divago: “Aún queda vino”

En un principio se iba llamar “Testamento”, más que nada por el aspecto biográfico que tienen algunas frases. Además de que la palabra me parecía muy dura, finalmente apareció el estribillo: “Pero qué os creéis, yo aún no me voy, mi garganta no ha empezado a arder”. Que por un lado viene a decir: que no, que todo está en tú cabeza, chalao; y por otro, qué coño, que esto es lo que me gusta, y voy seguir haciéndolo. A veces pasa que un mismo verso alberga distintos sentidos. Luego está la interpretación que pueden dar otros. El Joven, por ejemplo, tiene la teoría de que la canción habla de una noche cualquiera en el George Best, o cualquier otro bar, cuando encienden las luces y ya no sirven nada más. Pero hombre, sirve otro tequila, y que no me quiero ir. Podría valer también, ya lo creo.

La frase “Mojaré la punta del dedo, refrescaré después mi lengua” está extraída del libro “Fuego Eterno (La historia de Jerry Lee Lewis)” de Nick Tosches que me regaló Mariano López por un cumpleaños. Lo que ya no recuerdo es en el contexto que aparece, lo tendría que buscar. Igual es un buen momento para releerlo y ver dónde está. Hay veces que sí que marco las páginas de los libros donde hay alguna idea o algo a lo que le puedo sacar punta. Pero en este caso lo apunté en un papel que rodó una temporada por una chaqueta. Hay veces que hago limpieza de bolsillos y salen anotaciones de todo tipo en tickets de supermercado, en trocitos de papel rotos, en servilletas del bar e incluso en pañuelos de papel. Cada vez intento ser más ordenado y utilizo el móvil para ir apuntando cosas. Aun así dentro de un caos hay un orden. En cualquier caso, tal vez la canción tenga algo más del libro sobre el bueno de Jerry Lee, de ahí que sea un rock´n´roll clásico. Vete a saber.

Por otro lado la frase “en un plato os repartiré mis entrañas y algo de vino para que podáis cenar”, se me ocurrió en un bar argentino que hay al lado del George Best. Una temporada íbamos bastante a cenar allí, sobre todo cuando era muy tarde, después de algún concierto. Era el único que nos atendía independientemente de la hora que fuese. Siempre dentro de un horario moderado. Nos servían unas empanadas argentinas, vino, y la especialidad de la casa: Entrañas de ternera a la parrilla con chimichurri, un plato típico argentino. Conforme se iba sumando gente a la mesa les ofrecía mis entrañas y algo de vino para cenar.

Volviendo a los Cramps. La idea de la música llega por ahí. Pero obviamente no tiene demasiado que ver, diría que nada. Los Radiadores somos más refinados en algunos aspectos. Nadie se puede comparar con Lux Interior y Poison Ivy, sería una temeridad. En el local de ensayo cada uno va aportando cosas hasta que sale lo más parecido a lo que puedes tener en la cabeza, o no. El caso es que al principio se resistía, el riff sonaba durante toda la canción y al final se hacía un poco de bola. Menos es más funciona en ocasiones a la perfección. Se suprimieron algunas de mis guitarras y el riff se quedó solo en la intro y en el pre estribillo,con un fuzz, por supuesto. Aunque en la grabación hay más partes que toco la guitarra, en directo he quitado alguna cosa. Me gusta así, que se mantengan las estrofas con las pinceladas de El Joven y el ritmo trotón de bajo y batería. Por sugerencia de Paco Morillas, productor del disco, la aportación externa corre por cuenta de Vanessa Juan, apoyando el pre – estribillo y el estribillo con un coro agudo, aportando un poco de luz a la oscuridad.

Texto: Raúl Tamarit
Foto: Ángel Ros Die
Vídeo: Jaime Hervás