Foto: María Carbonell y Susana Godoy

Los Radiadores, grupo valenciano de rock, está compuesto por:

  • Raúl Tamarit, guitarra y voz.
  • Sergio Domingo, bajo y coros.
  • Jose Antonio Nova «El Joven», guitarra y coros.
  • Vicente Vila «Metralla», batería y percusiones.

Nota de prensa de su nuevo disco “Bailes de verano”

DIEZ AÑOS TRANSPIRANDO ROCK AND ROLL

Los Radiadores cumplen una década y lo celebran sacando “Bailes de Verano”, un elepé en vinilo de color y en formato digital con seis canciones nuevas, tres en directo, las colaboraciones de Pat Escoin y José Manuel Casañ, y dos remezclas. Un escaparate perfecto para apreciar la mercancía con la que trafican estos cuatro veteranos de la escena valenciana: rock puro, sin adulterar.

No se me ocurre mejor cumplido para una banda que explicar que uno de sus cedés se subió a mi coche y no se bajó nunca más. “Gasolina, Santos y Calaveras” permanece en la guantera desde 2015. Llegados a una edad es poco habitual que un grupo te sorprenda, pero Los Radiadores lo consiguen una y otra vez. Ahora lo hacen con “Bailes de Verano”, su cuarto largo, después de haber editado “Los perros ladraron” en 2017 y un EP titulado “Puño en alto” un año y medio más tarde.

Punk rockers cabales, contagian las ganas de tomar las calles para pasarlo bien en medio de una tormenta de decibelios. Utilizan para ello la inmortal mezcla ramonera de furia y melodía, con letras inteligentes, pero sin afectación literaria; con un sonido decididamente urbano, directo y potente, tal y como nos enseñaron los Clash. Sus canciones son ágiles, dinámicas y equilibradas, con un punto de protesta y de crítica social y personal, desterrando la resignación con una poesía sencilla pero preñada de libertad y rebeldía. Y las seis nuevas composiciones que incluye este último LP figuran, sin duda, entre las mejores de su carrera.

Ahí tienen “Luna Roja”, excitante y caliente como un beso con lengua, con su rabioso estribillo y los coros de Pat Escoin (Lula, EXFAN, Los Romeos), hablando de hacer el amor a oscuras después de recordar a Joe Strummer y a Joey Ramone. O el rock canónico y sinuoso de “No me voy”, con ese punteo de José A. NovaEl Joven” marca de la casa y una letra que emana pura del imaginario surrealista pero consciente de su cantante, Raúl Tamarit. “Voces en mi cabeza” es urgente y siniestra, perfecta para oficiar un exorcismo ahora que proliferan los demonios de la regresión social. “El gran premio final” es nueva ola de efluvios jamaicanos, con José Manuel Casañ (Seguridad Social) haciendo suya una letra magistral con tintes políticos en medio de una playa caribeña y eléctrica. En el blues oxidado “Contra el asfalto” se citan una guitarra slide, el ritmo pegajoso del bajista Sergio Domingo y el batería Vicente “Metralla” Vila, y unas palmas y maracas que despiden aroma a rock setentero y a protopunk, en contraposición con el surf onírico y mordaz de “Benidorm”, que mira hacia Cramps o Dictators.

La segunda cara del disco nos acerca a uno de sus conciertos. “Buddy Holly”, “Manual de supervivencia” y “Extraño corte de pelo” (Los Coyotes) demuestran que nunca fallan en directo. Ahí se muestran tal y como son: afilados, inmediatos, intensos y, en ocasiones, algo oscuros. Sus shows son ásperos e incisivos, pero también digeribles y honestos.

Para rematar la faena, el grupo valenciano nos regala una versión ruidista de esa obra maestra que es “Gasolina, Santos y Calaveras” y otra descarnada y fronteriza de “Hasta el final”. Juntas rubrican un trabajo que celebra, sin un ápice de auto indulgencia, los diez años en la carretera de una de las mejores bandas de rock que pueblan a día de hoy el panorama nacional.

Fernando Soriano (Periodista musical)